¡Hemos encontrado hongos en la saliva!
Mira estos dos gráficos, ¿ves las diferencias?
En el gráfico de la imagen de arriba, encontramos un ejemplo de los resultados obtenidos hasta hoy. El gráfico de la imagen de abajo es el que hoy nos ha hecho saltar de alegría (o sonreír para los que no son tan expresivos).
Estos son gráficos generados gracias al Bioanalyzer de Agilent, un equipo que nos permite medir el tamaño del ADN que tenemos en la muestra.
En el proyecto ‘Saca la Lengua’ estamos interesados en estudiar los hongos que viven en nuestra boca. Para diferenciar las distintas clases de hongos, nos fijaremos en una parte específica de su ADN (la parte denominada ITS) que mide unos 500 nucleótidos (o par de bases, también identificado como ‘bp’ en el gráfico).
El objetivo es comparar una secuencia específica de ADN de los hongos de cada una de las muestras con secuencias conocidas, previamente registradas, y accesibles en una base de datos pública. De esta manera podremos identificar las distintas especies de hongos que tenemos en nuestra boca.
El primer paso de este largo protocolo es la extracción del ADN. En este punto es posible identificar que tenemos ADN, a pesar de que no existe un instrumento que nos permita identificar lo que contiene cada fragmento de ADN extraído de cada uno de los hongos.
Así pues, es necesario proceder al segundo paso, lo que denominamos una PCR, un proceso que consiste en copiar miles de veces una región especifica del ADN (ITS, en el caso de los hongos).
En el gráfico derecho de la imagen se aprecia un pico de 544 bp, y esto significa que dentro de la muestra hay trocitos de ADN que miden 544bp. Este es el tamaño que tiene el ADN de los hongos. ¡Precisamente, el ADN que nos interesa estudiar!
En este punto, es necesario seguir una serie de pasos más para, de esta forma, poder leer la secuencia nucleótido por nucleótido. Esta lectura indicará si realmente se trata de un hongo y, de ser así, de qué tipo. ¡Seguiremos informándote!