¿Quién fue el primero que observó nuestra “fauna” bucal?
Todo esto empezó hace más de 300 años…
Hace siglos que sabemos que en nuestro cuerpo viven microbios, pero solo desde hace unos pocos años hemos sido capaces de darnos cuenta de su importancia y de su capacidad de influir en nuestra salud. Gracias a técnicas de análisis genómica podemos analizar cuál es la composición del complejo y dinámico ecosistema microbiano que nos acompaña. Os proponemos un pequeño viaje hacia vuestro interior.
Un universo dentro de nosotros
En el Flandes de finales del siglo XVII, un hombre curioso tuvo una idea. Con la uña de su mano derecha se rascó encima de los dientes, dipositó con delicadeza la muestra sobre una pequeña placa de vidrio y la miró a través de un artefacto de metal que sostenía una lente que él mismo había pulido y con la que podía observar cosas que no se veían a simple vista. El espectáculo que apareció ante sus ojos fue sorprendente: una multitud de pequeños seres que se movían en todas direcciones, de formas diversas, unas alargadas, otras más rodonditas… aquél de más allá parecía una espiral. Este hombre curioso era Anton van Leeuwenhoek, un tendero con la interesante afición de pulir vidrios para hacer lentes cada vez más potentes para observar la calidad de sus hilos y telas. El artefacto que hemos visto en esta escena es uno de los primeros microscopios. Y ésta representa la primera vez que una persona toma conciencia de que los seres humanos somos, en realidad, un complejo ecosistema.
Igual que en la boca de este ilustre microbiólogo, en la nuestra campan miles de millones de microbios. También en nuestro intestino y en nuestra piel. Las cifras parecen astronómicas y difíciles de imaginar: por cada célula de nuestro cuerpo hay 10 células de microbios; en un mililitro de nuestra saliva hay 100 millones de microbios; 2 ó 3 kilos de nuestro peso corresponden al peso de la población de microbios de nuestro cuerpo. Este mundo microbiano está formado por seres muy diversos como bacterias, arqueas, hongos, pequeños protozoos y también virus.